Cualquier día del año es bueno para visitar la bella ciudad de Budapest, pero, sin embargo, existe una época del año en donde la capital de Hungría luce de forma especial, la navidad. La Navidad en Budapest se vive de una forma distinta y es básicamente como si te pudieras introducir en una clásica película de Navidad y poder vivirla desde dentro. Esto es debido a que el mercado de Navidad de Budapest es uno de los atractivos de la ciudad, una de esos espectáculos que has de experimentar en esta preciosa ciudad y que ya por si mismos, justifican la visita a la ciudad.
La Navidad se vive de forma diferente en Budapest
Estos últimos años parece que Budapest se ha convertido en un destino turístico que ya no tiene temporadas altas y bajas, porque afortunadamente la ciudad recibe visitantes durante todo el año.
Los viajeros ya no sólo piensan en la perla de Danubio cuando hace buen tiempo, sino en pleno invierno también, entre finales de noviembre y la nochevieja. Es el momento cuando no sólo la gente tiene que abrigarse bien para poder disfrutar tranquilamente de sus paseitos saliéndo de casa, sino se abrigan hasta las calles. Este abrigo por supuesto es un poco diferente y normalmente llama más la atención que una chaqueta gorda, porque reluce mil veces más: es de las luces de la Navidad.
Como te puedes imaginar, cuando nos referimos a un mercado de Navidad, es realmente eso, un mercado en donde puedes encontrar toda clase de puestos de comida y bebidas calientes, así como dulces y artesanía local. Todo esto, rodeado y combinado con la magia de la Navidad y por supuesto con toda la iluminación y decoración pertinente. En Budapest la Navidad se vive de una forma diferente y es que tienen tradición para ello, ya que en el año 1.000, el día 25 de diciembre, fue coronado San Esteban, rey apostólico de Hungría, querido por todo el pueblo.
Uno de los aspectos que más suele llamar la atención para aquellos que visitan la ciudad durante estas fechas, es que para los niños Papa Noel, o como le conocen allí, Mikulas, llega el día 6 de diciembre. Pese a que la tradición es la misma, resulta curioso que se adelante tanto la llegada en comparación a otros países.
Una navidad, de película
Más allá de Mikulas, la tradición navideña se palpa en el ambiente ya que es habitual encender el tradicional árbol de Navidad, a la par que se le adorna con toda clase de cintas, bolas y abalorios de lo más tradicionales.
Para los visitantes de Budapest, uno de los aspectos más interesantes, es el poder recorrer las calles de la ciudad puesto que estas se encuentran abarrotadas de mercadillos. En este sentido, el más famoso de toda la ciudad se encuentra situado en la plaza Vörösmarty, plaza en la que nada más llegar te sentirás embriagado por el olor a dulce y a vino que la acompaña, procedente de todos estos puestos callejeros.
Además de este mercadillo, existen otros tantos igual de importantes, como por ejemplo es el que se encuentra en la plaza Szent István, que llama particularmente la atención por la pista de hielo con la que cuenta, además de contar con importantes puestos gastronómicos.
La ruta de los mercados
Cuando nos referimos al mercado de Navidad Budapest, en realidad nos deberíamos de referir a los mercados de Navidad de Budapest puesto que como hemos visto, son varios de ellos los que se forman, ofreciendo cada uno su toque característico. De esta manera, una de las formas más interesantes de poder disfrutar de la ciudad y conocer todas sus calles, es visitarla de mercado en mercado, contemplando todos los adornos de la misma y empapándote de la atmósfera de la ciudad.
Durante la época de adviento se trata de esperar, que renazca la luz de nuevo con el nacimiento del niño Jesús en la nochebuena. Es la época cuando las familias estan más tiempo juntos (o por lo menos eso sería lo ideal), porque a la vez es cuando los días son muy cortos y pasamos más tiempo en la oscuridad que en la luz. Para compensarlo, tradicionalmente los domingos durante las cuatro semanas del advenio suelen ser los domingos cuando las tiendas y los mercados no cierran, para que no sólo las famílias sino vecinos y amigos también tengan un sitio común donde sea más fácil de encotrarse, pasar un buen rato juntos, olvidarse de la oscuridad. Muchos preparan durante este tiempo una corona con cuatro velas y van encendiéndo una vela cada domingo, lo que también simboliza la espera…
El Mercado de Navidad ahora ya os invita a vosotros también, compartir unos momentos de la espera tan emocionante, ofreciéndo por supuesto buena comida, bebida, música en el corazón de la capital Húngara. El pastel de chimenea (kürtőskalács), lángos (torta de pan frito), el vino caliente (ojo! es dulce), el aguardiente, sopas calientes, chorizo y morcilla, la fragancia de la canela y de los abetos, el calor de las estufas de la calle, todos son detalles pequeños que luego en cualquier otro momento nos harán recordar a la magia de la Navidad en Budapest.